- ¿Qué han comido estos soldados
nuestros para hacerse tan fuertes, tan decididos?
- Comen Ideas, mi Coronel. El Estado y
su patria las dispensan por doquier a través de las radios y
televisores, de libritos y articulillos de toda guisa.
- Ah, ya: "Ideas", como esa de
'España', de 'Estado', de 'Democracia', o de 'Justicia' y tantas
otras semejantes, ¿no es eso?
- Eso mismo, Coronel. Y de 'Ciencia' y
'Verdad', y de 'Dinero' y 'Educación' y 'Trabajo' y 'Guerra', y de
todas esas cosas que tanto se preocupa el Estado de que no puedan
saberse, de que no se las pregunte qué son.
- ¡Pero bueno! ¿que locuras dices?
¡Que yo he leído a Maquiavelo, a Spinoza, a Rousseau, y hasta he
cavado esa trinchera en la que mis valientes se guarecen con mis
propias manos! ¿te crees que no sé yo qué es la Democracia o el
Trabajo?
- Ay Coronel mio, ¡qué le vamos a
hacer! Pero no se me enfade: que sin duda es usted también un buen soldado.
- ¿Qué me dice usted, descarado?
- Pues que como buen soldado que es, obediente a la instrucción, y por cierto muy bien alimentado, cree saber: y es que lo que está mandado es que crea, que crea que sabe lo que son, y para ello es que se las ponen de desayuno-comida-merienda-y-cena ¿o es que usted no las viene escuchando dispensar de boca en boca?
- ¿Qué me dice usted, descarado?
- Pues que como buen soldado que es, obediente a la instrucción, y por cierto muy bien alimentado, cree saber: y es que lo que está mandado es que crea, que crea que sabe lo que son, y para ello es que se las ponen de desayuno-comida-merienda-y-cena ¿o es que usted no las viene escuchando dispensar de boca en boca?
- Sí, eso sí...
- Pues eso: pero como se me deje usted un
poco y le entre la duda y deje de creer por un momento y se le ocurra preguntarse qué eran... ¡verá cómo tirando se nos deshace rápido la madeja!
- ¿Y entonces?
- ¿Entonces? Entonces nada: que se
acabó la Guerra.
- Ah, bueno, ya vendrán otras.
- ¿Otras? ¡Pero es que todas eran la
misma!
- Pero bueno: y si al final resultase
que indagando se nos descubrieran todas esas Ideas falsas...
- ...por contradictorias.
- Eso. ...y que no se sabía lo que eran...
- ...por imposibles.
- Sea. Entonces: ¿cómo me explicas que las haya y que se las vea tan saludables y vigorosas?
- ...por contradictorias.
- Eso. ...y que no se sabía lo que eran...
- ...por imposibles.
- Sea. Entonces: ¿cómo me explicas que las haya y que se las vea tan saludables y vigorosas?
- Sin duda por lo bien alimentadas que
están.
- ¡Ah! ¿Que esas también comen?
- También.
- A ver ¿y qué clase de bicho pueden
comer cosas como el Estado o el Trabajo?
- Tú, buen conocedor de las narraciones
de la Historia y de sus heroicos y fundacionales sacrificios, bien lo
sabes: comen soldados, mi Coronel.
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